Últimamente me fijo mucho en algunos cuadros clásicos. La pintura es la madre de la fotografía. Busco básicamente como mejorar la composición. No todo se reduce a la regla de los tercios.
Este cuadro es de un pintor llamado Millet, "El Angelus".
Desde siempre se vió en él a dos campesinos rezando la oración del Angelus al medio día en un descanso de sus tareas agrícolas.
Pero un pintor posterior,el desconcertante Dalí,se empeñaba una y otra vez en decir que en ese cuadro le parecia que estaba presente "la muerte".
Pasó años obsesionado con este cuadro,y basó muchas de sus obras en el.
Pero seguía viendo la muerte en este óleo.
Como su poder en el mundo pictorico era ya muy grande, movió sus hilos para que los técnicos del Museo del Louvre estudiaran el cuadro en su totalidad. Esto incluia diversas inspecciones tomográficas de cada pincelada posible.
En una de las muchas pruebas apareció algo inquietante. El cesto de patatas que yace entre ellos dos fue realizado posteriormente al resto del cuadro. Con técnicas de rayos x se descubrió que lo que originalmente habia dibujado Millet, era un féretro o caja mortuoria de pequeño tamaño.
Posiblemente lo que realmente quiso representar era una oración de dos padres campesinos ante el entierro de lo que parecia ser su posible hijo.
Resulta que por aquel entonces se consideraba una falta de educación y un acto de mal gusto en aquella remilgada sociedad puritana el representar el féretro de un niño pequeño. Y con toda seguridad se le obligó a cambiar la idea y el motivo de aquella obra.
Lo que es sorprendente es la intuición de un artista como Dalí para presentir el alma de un cuadro.
Cosa de la que yo carezco, pues la obra de Dalí me transmite unas ganas horribles de salir corriendo al segundo de su contemplación. Me produce la misma sensación de cuando se tiene fiebre.
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