
Apetece brincar en pelotillas toda la noche por praderias y bosques. Y bañarse a la luz de la luna en tabayones,fontanas y manatiales.
Y mañana sidra y música folkie en Poniente.
Por otro lado.Aquí cuelgo unas fotos de otros atardeceres mágicos. Hace un año en la Pitiusa Mayor (Ibiza.Eivissa...).
Ver ponerse el sol cada día es una religión, una renovación interior,algo místico. Unas cervezas,tus amigos,música étnica,chill....
En este caso es en el mítico Café del Mar. El gentio tiene un buen rollo tremendo. Estan allí simplemente porque tienen que estar allí. Al desaparecer el último rayo de sol. Todos estallan en una ovación. Que buenos recuerdos.
Un beso enorme a Mar. Y un abrazo de corazón a nuestro amigo David.
Aquellos atardeceres llevan tu nombre.
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