Argentina

Extendida de norte a sur, con una superficie de más de 2.800.000 Km2, una inmensa variedad de climas y microclimas, selvas y desiertos, Pampa verde y Patagonia árida, Argentina se debate entre su inmenso patrimonio natural y su tórrida historia política y económica que frena, cada vez más, esas posibilidades de desarrollo.
Muda, testigo de estos terribles años de desolación social, la desbordante naturaleza argentina espera con los brazos abiertos a los viajeros amantes de experiencias naturales fuertes.

Sin duda, Argentina alverga algunas de las maravillas naturales más impresionantes del mundo. Esto junto a la amabilidad de sus gentes, su variada gastronomía -reseñar las empanadas, la carne de vaca, el dulce de leche, regado por los excelentes caldos de las tierras mendocinas y salteñas, anidadas a los pies de la cordillera de los Andes- y su riqueza cultural -imposible perderse una noche de tango porteño y mate- hacen de este país un destino único.

Partiendo desde Buenos Aires -epicentro político, social, cultural, de las más modernas vanguardias y de los más grandes poblados de chabolas- nos esperaban al norte las Cataratas del Iguazú- en las más maravillosas tierras coloradas y selváticas de Misiones-. Hacia el sur las imponentes y despobladas tierras patagónicas guardan más de seis Parques Nacionales: desde las áridas tierras de la costa Atlántica, la Península Valdés y los infinitos kilómetros que cobijan los pozos petroleros, los glaciares, la región de los lagos, los restos paleontológicos de Neuquén -que no visitamos-hasta Ushuaia y el Parque Nacional Tierra del Fuego. Finalizamos nuestro viaje de nuevo en el norte pasando un día en una estancia en la Pampa argentina.

Cuenta la leyenda que cuando un viajero surcaba la Patagonia, quedaba prendado de sus paisajes y de su gente tan profundamente que jamás podía olvidarlo.
Como un hechizo permanecía en la memoria, haciendo retornar sus imágenes una y otra vez, aún en sueños.